Egrégoro o poder de decreto colectivo

Egrégoro o poder de decreto colectivo

El Egrégoro

“Echad una gota de agua dulce en el mar y ella se perderá, a menos que no sea preservada por un envoltorio impermeable.”

 Eliphas Levi

 

Cuando hablamos de DP y DN (decretos positivos y decretos negativos) bien sean verbales o mentales, externos a nosotros, debemos considerar una fuerza que ya los grandes ocultistas como Eliphas Levi han estudiado en profundidad en sus tratados de alta magia bajo el nombre “Egrégoros”. Éstas son fuerzas provenientes de las proyecciones mentales de un colectivo y que terminan haciéndose independientes del mismo individuo actuando como aquellas fuerzas de la naturaleza o el destino positivas o negativas para una colectividad.

 

En la psicología moderna estos podrían compararse con los DP y DN (verbales o mentales) de pueblos completos en la manifestación de eso que llaman autoestima e inconsciente colectivo. Ya habíamos indagado sobre el efecto que puede tener en nosotros una persona negativa o la adversidad del entorno al ser seres sociales que interactuamos de una u otra manera con el sistema que nos sostiene.

 

Pero hay otro tipo de adversidad que podría fungir como una especie de nube mucho más negra, espesa y difícil (pero no imposible) de superar. La fe del colectivo capaz de crear proyecciones poderosas en los individuos que lo componen.

 

Veamos, frente al mito de una religión x en la cual Dios castigará fervientemente al seguidor que decida abandonarla o ser infractor de sus mandamientos, encontramos posiblemente cientos de seguidores que piensen lo mismo (generando DN verbales y mentales) con respecto a este punto único de dicha religión. Comienzan los rumores en los que fulano abandonó la religión o no hizo tal o cual ofrenda y terminó arruinado, atropellado, enfermo. Este rumor, fortalece la fe del colectivo en dicha creencia y por supuesto profundiza el poder que puede tener ese DN verbal y mental en el colectivo.

 

Ya no estamos hablando de un simple decreto sino de un decreto reforzado por la fe ciega de cientos de personas sobre un mismo punto. Esta fe, adquiere entonces una especie de forma psíquica sorprendente causante del accidente o padecimiento del mortal que comete tal error.

Ya el pecado no se hace a una persona sino en contra del santo, de Dios o de la institución misma, ya el pecador no puede esconderse pues esta frente a los ojos acusadores de esa potencia capaz de escudriñar hasta los propios corazones para castigar o premiar al protagonista preso de la norma religiosa en este ejemplo.

 

Sí funciona, por supuesto que funciona, normalmente el castigo llegará de una u otra manera frente a la víctima indefensa sin poder hacer nada para evitarlo. Esa potencia con tanto poder, asimilada a Dios, es generada por la mente colectiva, por cada una de las proyecciones mentales de los seguidores de tal creencia o fe ciega.

 

“Los flagelos son perturbaciones que no podemos atribuir al principio del orden eterno. Las epidemias, las inundaciones, las hambrunas, no son órdenes de Dios. Atribuidos al demonio, esto es, a un ángel condenado, cuyas malas obras El permite, significaría suponer un Dios hipócrita que se oculta detrás de un gerente responsable y viciado para hacer el mal. ¿De dónde vienen entonces estos desórdenes? Del error de las causas segundas. Y si las causas segundas son capaces de error, es porque son inteligentes y autónomas; y he aquí la completa doctrina de los Egrégoros.”

Eliphas Levi

 

Estas son precisamente las causas segundas a las que Eliphas Levi se refiere en sus textos. Atribuidas muchas veces a designios misteriosos que escapan de la voluntad del ser humano.

Escapan, si, puesto que ya tal creencia no pertenece al individuo creador, sino a un colectivo que supera en gran medida al individuo.

 

Ejemplos de Egrégoros creados son:

 

  1. la creencia (por siglos y millones de personas de diferentes religiones) del fin del mundo, por ejemplo, ante el cual el mismo ser humano y no Dios está creando inconscientemente todas las condiciones necesarias para que esto suceda.

 

  1. Ya el fin del mundo no vendrá nunca más por agua sino por fuego… por ejemplo, afirman incesantemente las declaraciones apocalípticas, desde épocas tan remotas que no existía ni electricidad, ni contaminación atmosférica, ni recalentamiento global… Un Egrégoro tan poderoso y universal que en lugar de advertir al ser humano sobre la importancia de proteger el planeta, lo dispuso a la tarea casi ciega de generar fuentes energéticas capaces de destruir la capa de Ozono.

 

  1. Las famosas cadenas que recibimos diariamente aún por email en las que si cierras el correo, no lo envías, lo borras, probablemente te sucederá una desgracia antes de las 24 horas. Esta tradición proviene de épocas pasadas en las que tales “cadenas” se hacían para recibir el favor de un santo y se escribían en papel y tinta haciéndose pasar por debajo de las puertas de aquellos incautos quienes procedían a destapar la maldición en caso de desobedecer la orden de seguir las instrucciones anotadas en dichos papeles. Estas órdenes, maldiciones, contrarias

a cualquier predicación de ninguno de los santos allí mencionados, provenían de un cerebro humano, nada divino por cierto y adquirían el poder “divino” gracias al temor a la desgracia (DN) de quienes lo leían y a los rumores que reforzaban la veracidad de tal carta o escrito.

 

  1. La idea generalizada, colectiva y mundial que afirma con fe ciega que el cáncer, el SIDA y otro tipo de enfermedades no tienen cura son también un Egrégoro, una fe en la desgracia sin causa que persigue al ser humano sin piedad ni misericordia.

 

Se tiene fe directamente o indirectamente en los procesos destructivos contenidos en las profecías más negras y se niega, escondiéndose en la ciencia, las otras profecías que nos hablan del poder de la sanación del ser humano. En estos casos, el “demonio” que castigo a Job en la Biblia con una lepra, aún está activo castigando a seres modernos con enfermedades catastróficas augurando no solo una muerte segura sino además dolorosa. Es un Egrégoro poderosísimo éste, avalado no sólo por los enfermos sino por los sanos, la ciencia e incluso la religión en su insistencia de profetizar enfermedades incurables y flagelos que castigarían al ser humano al final de estos tiempos.

 

Imagínate el poder de un Decreto verbal y mental que proyecta “enfermedades incurables” realizado por una cantidad de 115 mil millones de personas que han habitado la tierra. (estimado realizado por Carl Haub, del Buró de Referencia Poblacional según http://es.wikipedia.org)… Esta sumatoria inimaginable tal vez, de proyecciones mentales, podrían terminar las esperanzas de cualquier enfermo ante la vista lastimosa de aquellos que “saben” que no podrá sanar nunca con un remedio, sea cual sea… Quedando entonces preso en las alas de un Egrégoro que nada tiene que ver con la verdad. Los casos de curación de este tipo de enfermedades se mirarán con aires de escepticismo, asumiendo dicha curación como un error de diagnóstico, una especie de engaño fortuito, una excepcional fuerza mental o milagro (en el mejor de los casos) que solo toca a algunos mas no a todos los enfermos.

 

De esta manera podríamos seguir ejemplificando esas “causas secundarias” mencionadas por Eliphas Levi y encontrando el origen de las mismas en ese demonio que en nada está relacionado con Dios y sino con nosotros los seres humanos.

 

Uno de los poderes más grandes de esta fuerza colectiva, es precisamente, nuestra tendencia inconsciente de trabajar en función de que tales veredictos colectivos se cumplan al pie de la letra.

 

No continuaré mi relato sin antes mencionar los efectos quizá más cotidianos de los Egrégoros colectivos menos universales. Y estos están a su vez casados con un fenómeno llamado en psicología social autoestima colectiva.

 

  1. En este país todos son unos corruptos
  2. Aquí no hay justicia
  3. Esto nada más pasa aquí en este país o ciudad o poblado
  4. Aquí nadie surge
  5. Aquí no hay seguridad
  6. Es que el (gentilicio) es flojo, perezoso, feo, bajo…
  7. Aquí no hay empleo
  8. En este país el talento no vale nada
  9. Para poder surgir tienes que nacer adinerado
  10. En este lugar nada sirve para nada
  11. Estamos frente a la peor crisis de la historia

Etc., Etc., Etc., veremos que muchas de estas frases o parecidas a ellas, minan un poblado, una ciudad o un país y por ende a cada uno de sus habitantes quienes de manera directa o indirecta son programados desde su nacimiento para ello. Es así como tal concepto de sí mismos, comienza a ganar fuerza a través de DN mentales o verbales y terminan conformando un pensamiento colectivo, como ya explique, más allá de los pensamientos individuales, convirtiéndose en esa especie de demonio colectivo que nos hace actuar en función de hacer cumplir cada uno de esos decretos (sus designios)…

 

Es así como aunque nos neguemos a admitirlo

 

  1. si afirmo: “en este país todos son unos corruptos”, al yo encontrarme en el, admito indirectamente que yo también soy corrupta

 

  1. Si afirmo que aquí no hay justicia, al yo encontrarme aquí también estoy afirmando mi injusticia

 

Y así sucesivamente me voy involucrando en esos decretos que no sólo afectarán al colectivo sino a mi misma atrayéndome toda clase de perturbaciones y limitaciones en mi vida cotidiana.

Perdería muchas veces el sentido de pertenencia y territoriedad, tan necesario para animales y humanos, en mi continuación inconsciente de tal corriente de pensamiento. Pues ¿cómo voy a tener sentido de pertenencia y territoriedad, si pienso que el lugar que habito no vale nada?, ¿cómo voy a prosperar si pienso que en el lugar donde estoy nadie prospera?, ¿cómo saldré adelante si pienso que las personas que nacieron donde yo nací son flojas o perezosas o feas o quién sabe qué cosa?… Estaría marcada por una especie de pecado original desde el mismísimo momento de nacimiento en un lugar determinado…

 

-Pero es que es verdad… podría afirmarse…

-¡Claro que es verdad! Respondería yo.

 

Pero esta verdad esta creada por un Egrégoro, es decir es creada por el mismo pensamiento del ser humano, por el colectivo: es una enfermedad… y como tal, debe responder a un tratamiento.

 

Una vez conocida la enfermedad ¿cuál sería el remedio para atacarla?

 

Es un alivio saber que así como existen Egrégoros negativos (Afritas) también existen Egrégoros positivos… y estos últimos son capaces de vencer como en las guerras mitológicas de los Dioses a los primeros, siempre y cuando se encuentren bien armados y tengan una buena estrategia.

 

Las estrategias serían entonces:

 

Cambiar nuestro estado mental saliéndonos del común denominador que opera o le da fuerza al Afrita (Egrégoro negativo) dominante. Cuando sabemos de donde provienen las proyecciones negativas tenemos dos opciones o convertirnos en una gota de agua dulce lanzada al mar como menciona Eliphas Levi y disolvernos nuevamente en el, o envolvernos en una cápsula impenetrable ante las ideas adversas que originan el Afrita. Esta cápsula protectora no es sino el conocimiento consciente de la falsedad de tales afirmaciones colectivas y nuestra vibración o estado mental colocado por encima de ellas.

 

Concéntrate en la idea opuesta ante la idea colectiva de la enfermedad incurable, concéntrate en el poder de la sanación y documéntate en ella. La historia de la humanidad está repleta de milagros, sanaciones y Buenas Nuevas. La mente humana se ha centrado en el castigo de Job mas no en su sanación… La mente humana se ha centrado en la idea del castigo eterno mas no en las curaciones que hizo Jesús de Nazaret, por ejemplo, y el Perdón del ladrón pasa como una historia inadvertida en el relato de la Pasión… La historia médica está repleta de curaciones milagrosas de pacientes con enfermedades terminales, concéntrate en eso. En la sanación y la salud, no en la enfermedad…

 

 (crea tu barrera Crea tu propio Egrégoro positivo a partir de tu propia cadena de individuos forma un grupo de personas que crean en el éxito, en la prosperidad, en la salud, en los principios positivos opuestos al Afrita dominante. Comienza una nueva cadena de pensamientos fortaleciendo tu posición sanadora, alimentándola con otras personas que comprendan el proceso. Documéntenla, crean en ella, hasta el punto que se convierta en un pensamiento colectivo.

 

Para crear un pensamiento colectivo no requieres millones de personas… “Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.” Mateo 18. En esta cita no afirmó la necesidad de pertenecer a ninguna religión o credo. Mi intención aquí, es precisamente mencionar ese gran poder existente en la reunión de personas con la suficiente

fuerza, además, para superar a un colectivo: “De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo.” (Mateo 18). El ser humano se convierte en una especie de mago capaz de “desatar nudos” en la tierra y proyectar estos al universo, al colectivo… Es así como es posible crear no solo un Egrégoro negativo sino uno positivo, es así como es posible que el ser humano desate las ataduras impuestas por él mismo generación tras generación.

 

Pero ¿me refiero a religiones, sectas, ritos?, ¿estoy diciendo que debes salir corriendo a formar una religión o secta religiosa para encontrar vencer el DN colectivo?… la respuesta es NO, en mayúsculas y si lo deseas en negritas… literalmente digo: debes buscar personas, con las cuales puedas compartir el conocimiento adquirido y tu firme decisión de lograr vencer esta fuerza opositora DN, es decir, compartir con personas cómplices del fortaleciendo de ese DP o Egrégoro positivo que deseas crear. Esto no indica un aislamiento del entorno social

o un taparte los oídos cuando alguien afirma al Egrégoro que deseas vencer o superar, pues esto solo te convertiría en un fanático vulnerable…

 

Simplemente si sabes el origen de las cosas, sabrás discernir la falsedad por lo cual no podrán cambiarte nuevamente a una polaridad negativa, compartiendo de vez en cuando con personas afines a tu manera de pensar (nueva) estas reuniones o conversaciones les permitirá fortalecer esa convicción y, posteriormente, una vez demostrado al colectivo que sí se puede superar la fe negra o el Afrita, serás un ejemplo a seguir convirtiéndote en luz para aquellos que aun se encuentran en la oscuridad. Cuando te dicen “que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo” te están diciendo que eres mago y creador de tu propio destino y tienes no sólo la posibilidad sino el poder para hacerlo. Deja de creer lo contrario y cree en esto…

 

Para que comiences a ser creador de tu propio Egrégoro positivo!…

KennyDíazH

Del Libro La infelicidad como síntoma y el camino a la sanación

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